¿Cómo usar la escritura como terapia?

Gestionar eficazmente la ira es vital en todos los ámbitos de la vida. Estudios recientes de la Universidad de Nagoya revelan que escribir los sentimientos de ira y luego tirar el papel puede reducir en gran medida, si no es que hasta  eliminar por completo, esas emociones. Este método resulta sencillo pero eficaz para quienes buscan un alivio inmediato de la ira.

¿Cómo usar la escritura como terapia?


Anótalo y tíralo

Investigadores de la Universidad de Nagoya han desarrollado una técnica que ayuda a las personas a controlar su ira escribiendo sus pensamientos y desechándolos. Los participantes en el estudio escribieron sobre temas que suscitaban críticas por parte de los evaluadores. A continuación, anotaron sus sentimientos ante estas duras críticas. A continuación, se les indicó que tiraran las notas o las guardaran. Los que tiraron sus notas vieron cómo su enfado se disipaba casi por completo. Este acto de tirar el papel sirve como liberación simbólica de las emociones negativas.

Este descubrimiento tiene implicaciones prácticas para la vida cotidiana y las situaciones estresantes, sobre todo en entornos empresariales. Imagina que estás en una reunión tensa o recibes una noticia frustrante; simplemente escribe tus reacciones iniciales en un papel. Una vez que tire este papel, sentirá una disminución significativa de la ira.

Esta técnica permite controlar la ira de forma rápida y eficaz, ayudando a mantener la claridad y la productividad en entornos profesionales.


Perspectivas culturales y la ciencia de la gestión de la ira

El estudio también conecta con prácticas tradicionales japonesas como el hakidashisara, en el que la gente escribe sus quejas en platos y luego los rompe. Este ritual, muy parecido a la técnica estudiada, implica deshacerse físicamente de la fuente del disgusto, lo que fomenta una sensación de liberación y alivio emocional. La investigación de la Universidad de Nagoya aporta una base científica a estas prácticas culturales, demostrando que tales actos físicos pueden ayudar a gestionar y reducir los sentimientos de ira.

Este método sencillo pero eficaz de controlar la ira puede ser una herramienta valiosa para cualquiera. Fomenta una respuesta emocional más sana y podría modificar la forma en que gestionamos la ira en contextos personales y profesionales. A medida que comprendamos mejor la relación entre las acciones físicas y el alivio emocional, técnicas como ésta podrían integrarse más en nuestras estrategias de gestión del estrés y los conflictos cotidianos.

Sin duda una practica que debemos empezar a realizar para esos momentos de ira. Si te gusta leer también te puede interesar esta historia: La novela de misterio rompecabezas que sólo cuatro personas han resuelto