¿Cuál es el origen del horario de Verano?
La broma de Benjamín Franklin
"Primero. Que se establezca un impuesto de una [moneda de oro] por ventana, sobre cada ventana que esté provista de postigos para evitar la luz del sol", escribió en el ensayo, aconsejando su estricta aplicación.
"Segundo. Que se coloquen guardias en las tiendas de los vendedores de cera y sebo, y que no se permita a ninguna familia abastecerse de más de una libra de velas por semana. Tercero. Que se coloquen también guardias para detener todos los carruajes, etc. que pasen por las calles después de la puesta del sol, excepto los de los médicos, cirujanos y parteras."
"Cuarto. Todas las mañanas, en cuanto salga el sol, que se hagan sonar todas las campanas de todas las iglesias; y si esto no es suficiente... Que se disparen cañones en todas las calles, para despertar eficazmente a los perezosos y hacerles abrir los ojos para que vean su verdadero interés."
El ensayo es real, pero la idea de que Benjamin Franklin sugirió el horario de verano como una broma en 1784, lamentablemente, no lo es. Aunque el principio de hacer que la gente ajuste sus horarios para disfrutar de más horas de luz (con la pena de impuestos y enfrentamientos con la guardia) estaba ahí, se propuso en broma en un momento en el que el horario adecuado y los horarios aún no habían despegado en Europa, y no se pretendía que fuera un sistema de horario de verano propiamente dicho.
Más tiempo para recolectar insectos
La verdadera invención de la idea se debe a un entomólogo que, en 1895, quería tener más tiempo libre para coleccionar insectos. George Vernon Hudson estaba frustrado porque su trabajo diurno le dejaba pocas horas de luz para ir a recolectar sus insectos. Su solución, en lugar de hablar con su jefe sobre su horario, fue proponer un horario de verano de dos horas para Nueva Zelanda, donde vivía.
La propuesta argumentaba que el dinero que perderían las empresas de energía y gas se compensaría con los beneficios para las personas, que podrían pasar más tiempo en la naturaleza y experimentando el aire fresco.
"El efecto de esta alteración sería adelantar todas las operaciones del día en verano dos horas en comparación con el sistema actual", escribió. "De este modo, se aprovecharía la luz del día a primera hora de la mañana y se dispondría de un largo periodo de ocio diurno por la tarde para jugar al críquet, a la jardinería, a la bicicleta o a cualquier otra actividad al aire libre que se desee". Al principio, su idea fue objeto de burlas, antes de ser aceptada.
La misma idea de un golfista
La idea se le ocurrió de forma independiente unos años más tarde a William Willett, un golfista al que no le gustaba que su ronda vespertina se viera interrumpida por su némesis: la noche. Willett era un apasionado defensor de la utilización de las horas de luz, ya que había pasado muchas mañanas yendo a trabajar de día mientras la mayor parte de Londres dormía.
"La hora estándar permanece tan fija, que durante casi la mitad del año el sol brilla sobre la tierra, durante varias horas al día, mientras dormimos", escribió en un panfleto sobre su propia propuesta, que distribuyó a su costa. "Y se acerca rápidamente al horizonte, habiendo pasado ya su límite occidental, cuando llegamos a casa después de terminar el trabajo del día".
Willett argumentó explícitamente que el cambio ahorraría dinero público en gas, petróleo y electricidad, además de los beneficios que tendría una mayor luz diurna para la población y su salud. Willett presionó a favor de la idea durante el resto de su vida, consiguiendo el apoyo del Partido Liberal, pero no se convirtió en ley hasta después de su muerte. Sin duda como afectara este horario a los trabajadores que regresen a oficinas después de la pandemia.
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